viernes, 17 de junio de 2011

UNA CONVERSACIÓN ENTRE GABRIEL Y HAZIEL


Su espalda es ancha. La luz que contempla de frente con su mirada aguda dibuja su perfil alado de forma gloriosa. Está mirando hacia el trono siempre rodeado de un brillo inaccesible, excepto para él y algunos privilegiados.

Es Gabriel. Pensativo. Su mente está centrada en la voluntad de Dios. Su amor hacia la raza humana es de dimensiones inmensurables, pero nunca tan infinito como el de su amadísimo Creador. Sus ojos limpios y refulgentes reflejan serenidad y un tono de preocupación, de tristeza insondable. Haziel le aborda buscando consejo. Sus miradas se encuentran en un abrazo de amor intenso.

H- ¿Tú crees que queda mucho? Cada misión en Tierra me llena de tristeza y dolor. El mal domina y ciega los ojos de los humanos. A veces siento impotencia ante su terquedad. Ese es el poder de las tinieblas. Ven lo malo como bueno y lo bueno como malo. Su mente está entenebrecida y los rodean los demonios. No me permiten el acceso. Su rabia, dolor y sufrimiento constituyen una permanente rebelión contra el amor de Dios. No quieren aceptar el camino que les proponemos de parte de Dios.
Se me hace muy duro porque sabiendo del poder que se pone a su alcance, son muy pocos los que aceptan sinceramente ese potencial. Los que lo alcanzan, aunque sea en pequeños atisbos, me llenan de esperanza. Su vida cambia ante mis ojos. Sus rostros reflejan paz. Sus pensamientos adquieren brillo, su voluntad se hace fuerte contra sus debilidades. Me dan libertad para actuar y siento el poder del Altísimo que fluye a través de mí  para ellos. Pero, ocurre tan pocas veces… Cada vez menos y con menos de entre ellos. Estoy preocupado. La maldad está llegando a su colmo y la copa está a punto de desbordarse.

G- Sí Haziel. Así es. Todo está llegando a su final. Me invade la pena al pensar en la cantidad de estas pobres criaturas que hinchados de su propio gas letal están a punto de reventar para siempre. Me parte el corazón comprobar una y otra vez esa situación que describes. Sí, queda poco. Muy poco. Ellos no pueden imaginar cuán poco. Ni siquiera nosotros con todo nuestro conocimiento. Pero Dios Padre se mueve y da órdenes precisas. Su Hijo está terminando su labor y realiza los preparativos para salir del templo. Todo está a punto mientras la maldad crece en Tierra. Siento que sus últimas indicaciones están orientadas hacia los últimos detalles.
El planeta perece y se seca. También está dando señales desde hace tiempo. La orden de soltar los cuatro vientos ha sido ya escrita y pronto será ejecutada. El corazón me duele cuando pienso en ellos. Tan sumergidos en sus tareas, sus ambiciones, sus obsesiones, su egoísmo, su ciega necesidad de ser felices buscando en las fuentes equivocadas. Mi mente bulle de pena cuando veo a sus hijos en las iglesias contaminados por esa marea infecta de hedonismo. Buscan sólo su bienestar y sacrifican a sus padres, a sus cónyuges, a sus hijos o a sus amigos. No ven la maldad en sus decisiones. Son capaces de sacrificar el don eterno por un poco de placer y lo que llaman felicidad. No saben. No ven. No entienden. No comprenden.

H-Entonces todo caso está ya decidido por su propia aceptación del bien o del mal. Ya es hora de que este infierno en el que han convertido Tierra o llegue a su fin. Apenas son conscientes de todo el sufrimiento y el dolor a su alrededor. La televisión apenas les acerca a ese terrible paisaje, pero ellos le dan la espalda y tratan de continuar como si no pasara nada. Lo llaman supervivencia. Sólo unos pocos permanecen sensibles y son capaces de sacrificar su propia vida para aliviar a otros. Sí, se termina mi amado Gabriel. Por fin podremos abrazarlos y consolar su corazón malherido. Mi espíritu vibra cuando pienso en todo lo que el buen Padre les ha preparado para su felicidad eterna. La verdadera felicidad.
¿Alguna orden para mí?

G- Sólo permanece atento a la mente del Padre de todos. El Hijo hablará por él. Mira cómo se mueven las huestes de hermanos. Los preparativos están en marcha. Es impresionante observarlos. Son una multitud fascinante. Han previsto ya las trompetas. Todos están ya listos esperando órdenes. A pesar de ser seres de quietud aflora en sus rostros esa ilusión y casi impaciencia para partir hacia Tierra. Todo está dispuesto.
¿Sabes lo que más me fascina Haziel? La forma como han sobrevivido al poder del mal y han dejado al Padre de todos que actuase en sus vidas. Es algo en lo que me deleitaré por siempre. Escuchar de sus propios labios esa experiencia fascinante ha de ser sorprendentemente inagotable.
Nosotros nunca nos hemos apartado de la Gran Mente, pero ellos… Nosotros no sabemos lo que es convivir con el mal en nuestro propio interior y con ese poder abrasador del Padre que funde el egoísmo. ¿Cómo han podido soportarlo? Sé que en permanente pugna, porque las tinieblas son frías como el hielo de Orión.
A veces, como bien dices, mi querido hermano, los vemos cambiar ante nuestros maravillados, emocionados y asombrados  ojos. Nosotros conocemos el poder del que Es, pero ellos tienen una comprensión distinta y, si me dejas decirlo, más abarcante. Esa lucha diaria es totalmente cruenta porque el mal  no quiere dar opciones. Sin embargo, el poder del que amamos es infinito y cuando dejan que les llegue, aunque sea en pequeñas dosis, produce verdaderos prodigios. Un poco de luz se impone sobre la oscuridad más impenetrable.
Tienen fe y a la vez dudan. Nuestro amado Prínipe se lo dijo: “Como un grano de mostaza”… Capaces de grandes proezas y de estrepitosas derrotas. En un momento triunfan sobre su miedo e incredulidad y en el siguiente caen en el abismo. Nos enseñan, como nosotros no podremos vivirlo nunca por nuestra fidelidad, que el éxito permanente depende de la realidad de la Gran Presencia en sus vidas. Sí, nosotros lo sabemos, pero ellos lo sufren duramente cuando se apartan del Espíritu.

H- Sí, es nuestro tema de conversación permanente. ¡Cuántas veces les susurramos a los oídos acerca de la importancia de escuchar la voz del Espíritu! ¡Cuánto nos esforzamos en hacerles llegar la luz blanca del amor del Eterno! Cuando escuchan y siguen la Voz se sienten en paz, se sienten bien, enfrentan cualquier ataque de la oscuridad con seguridad. Su imprudencia y el poder del mal me generan mucha pena. ¡Tan susceptibles de recibir ayuda y tan incapaces de aceptarla!

G- ¿Lo has percibido? El Rey de reyes  llama.

H- Sí, ahora. El Hijo se desplaza y nos llama para el regreso. ¡Por fin! ¡Mi corazón late apresurado! La hora ha llegado.

G- Vamos, buen amigo. Mientras en Tierra suceden todavía algunas cosas el Hijo está a punto de pronunciar su declaración final. Los tiempos suceden distintos en Tierra y aquí, pero estamos a punto de escuchar: “Ya casi da igual que el pecador siga pecando, que el manchado se manche aún más, que el bueno se haga mejor y que el consagrado a Dios se entregue aún más a él. Estoy a punto de llegar y voy a recompensar a cada uno conforme a su conducta. Yo soy el Alfa y la Omega, el primero y el último, el principio y el fin. ¡Dichosos los que han decidido lavar sus vestiduras para tener acceso al árbol de la vida y poder entrar en la ciudad a través de sus puertas! ¡Fuera, en cambio, los lujuriosos, los asesinos, los idólatras y todos cuantos hacen de la mentira el programa de su vida!”